La terapia de regresión mental es una técnica psicoterapéutica que busca ayudar a los individuos a recordar y revivir experiencias pasadas, a menudo de la infancia o incluso de supuestas vidas anteriores, con el objetivo de identificar y resolver traumas ocultos o conflictos no resueltos que afectan su bienestar emocional y psicológico en el presente. Utilizando métodos como la hipnosis, la visualización guiada o la meditación profunda, el terapeuta guía al paciente a un estado mental en el que puede acceder a recuerdos reprimidos o a momentos significativos de su pasado. Este proceso permite explorar y liberar emociones y pensamientos que pueden estar causando angustia, comportamientos disfuncionales o bloqueos emocionales.

La premisa de la terapia de regresión es que las experiencias pasadas, especialmente las traumáticas, pueden quedar almacenadas en el subconsciente y seguir influyendo en la vida actual de una persona. Al traer estos recuerdos a la conciencia y trabajar a través de ellos, se facilita la sanación y se promueve un mayor entendimiento de sí mismo. Aunque es una práctica controvertida y no está ampliamente aceptada en todas las corrientes de la psicología convencional, muchos pacientes han reportado beneficios significativos, como una mayor claridad emocional, la resolución de conflictos internos y una mejor capacidad para afrontar el presente con una perspectiva renovada.